Aislacor surgió para dar respuesta a los residuos de corteza de eucalipto generados durante la producción de astillas. Frente a un desecho forestal que en muchas partes del mundo se quema o incluso se entierra, la startup chilena vio la oportunidad de crear un nuevo producto con valor añadido: paneles aislantes fabricados en un 92% con corteza de eucalipto, diseñados para usar en techos, suelos, tabiques y paneles sándwich.
Estos paneles, que ofrecen propiedades térmicas, acústicas e ignífugas destacadas, son fruto de una larga investigación que comenzó en 2008 junto a la Universidad de Groningen (Países Bajos) y que tomó nuevo impulso gracias al trabajo colaborativo con la Unidad de Desarrollo Tecnológico (UDT) de la Universidad de Concepción y la financiación de CORFO en Chile.
El resultado es un material que encapsula carbono, reutilizable y con un coeficiente de conductividad térmica inferior al de sus equivalentes fósiles, como el poliestireno expandido o la lana de vidrio.
