Por José María Quirós, Delegado de Industrialización de AEDAS Homes
Históricamente la madera se ha venido utilizando como material estructural en la construcción de edificios residenciales. Sin embargo, hacia la mitad del siglo pasado, tras la generalización en el uso del acero y el hormigón armado como materiales estructurales, la madera quedó prácticamente relegada a la rehabilitación de los edificios con un alto valor arquitectónico construidos con ese material.
Hoy en día, como consecuencia de la creciente preocupación de los consumidores e inversores por revertir o al menos paralizar las consecuencias medioambientales del cambio climático, unido a una normativa cada vez más restrictiva en lo referente a las emisiones de CO2 que la construcción y uso de los edificios residenciales genera, el sector de la edificación está rescatando de nuevo la madera como material relevante.
Pero ¿por qué mirar a la madera para reducir la huella de carbono de los edificios? En primer lugar, para reducir el carbono embebido, es decir, aquel carbono que se genera en la fase de construcción del inmueble, hay que utilizar materiales que generen la menor huella de carbono posible. En este sentido, actualmente no hay otro más neutro que la madera por su capacidad de almacenar CO2 durante el periodo de crecimiento de los árboles, ya que lo absorben en lugar de emitirlo durante su fabricación como ocurre con el resto de los materiales. En segundo lugar, para reducir la emisión del carbono operativo, es decir, aquel que se genera con el uso del edificio, sobre todo para climatizarlo, se deben hacer edificios lo más eficientes energéticamente posible, es decir, lo más aislados y estancos posibles. También en este caso la madera se alza como un buen aliado por su capacidad como aislante térmico y la precisión de fabricación que se consigue en su uso.
Por lo tanto, y aunque en el futuro el resto de los fabricantes de materiales conseguirán hacerlos mucho más sostenibles, hoy por hoy la manera más rápida de reducir la huella de carbono de un edificio pasa por construir su estructura y envolvente en madera.
En contra de la habitual creencia, fabricar las estructuras y envolventes de los edificios en madera no significa que estos vayan a ser menos duraderos o resistentes. Buena prueba de ello es que son muchos los edificios existentes en los cascos históricos de las ciudades. Están construidos en madera y siguen en pie y en buen estado varios siglos después de su construcción.
Además, las nuevas maderas técnicas que llevan usándose varios años, como el CLT, GLT, LVL u otras muchas existentes en el mercado, aportan una mayor seguridad estructural si cabe que con la madera serrada.
En AEDAS Homes estamos ejecutando las primeras promociones construyendo edificios con su estructura y envolvente fabricadas en madera, resueltas con CLT y entramados de madera ligero. En concreto, ya hemos implementado la madera en seis promociones: tres ya entregadas y otras tres en ejecución.
El uso de la madera, además de reducir de una forma considerable la huella de carbono de las promociones, ayuda a reducir los plazos de ejecución de las obras. Y a la reducción de los plazos hay que añadir otras dos grandes ventajas: gracias a la madera se emplea mucha menos mano de obra para construirlos -cuestión muy a tener en cuenta en determinadas plazas muy complicadas en este sentido- y se trata de un material que aporta mayor calidad.
Adicionalmente, y quizá lo más importante, la madera permite a AEDAS Homes alinear con el negocio la preocupación de la organización por la conservación del medioambiente y frenar los efectos del cambio climático. En ese punto, hay que reseñar la buena aceptación de estos inmuebles construidos en madera por parte de los compradores. Los clientes están valorando estas viviendas como un producto de mayor calidad, más sostenible y que les aporta, a la vez, ambientes más cálidos y acogedores.
Lamentablemente, no todo son ventajas en el uso de la madera. Las estructuras de madera, por el momento, son más caras que las ejecutadas de manera, llamémosle, tradicional. Para neutralizar este sobrecoste, muchos países vecinos en Europa permiten una mayor edificabilidad en aquellos edificios con una menor huella de carbono, fomentado así el uso de la madera para ayudar a reducir las emisiones de CO2.
Esta medida, que es previsible y deseable que llegue también a España, puede tener un efecto llamada en la demanda de madera como material estructural, lo que podría generar tensiones en el suministro e inflación en los costes si no se aumenta la capacidad de producción. Este escenario se está empezando a producir en algunos países de Europa y la pregunta que surge es si habrá suficiente madera certificada para atender esa demanda.
La respuesta de los expertos es que sí: habrá bastante suministro, pero deberemos ser más eficientes en la utilización de la madera, potenciando el uso de los tipos de madera técnicas que se fabrican con subproductos de la madera e incluso con residuos procedentes del reciclaje, como es el caso de del LVL o el OSB, reservando el uso del CLT o del GLT para los elementos constructivos con mayores demandas estructurales.
En AEDAS Homes también consideramos muy interesante el realizar estructuras híbridas de madera en combinación con el hormigón, por ejemplo, en la ejecución de los núcleos de comunicación. Este material híbrido dota a los edificios de una gran rigidez y reduce los metros cúbicos de madera necesarios.
De este modo, todo apunta a un futuro prometedor de la madera certificada, un futuro ligado a una creciente demanda como material para fabricar estructuras y envolventes de edificios de uso residencial y terciario. Pero el sector debe utilizarla siendo consciente de sus ventajas y limitaciones, tal y como se hace con cualquier material de construcción.