Solo con un planteamiento de estandarización sectorial, conseguiremos que la construcción prefabricada industrializada en base a bioproductos alcance el potencial que presenta nuestro país.
Por Manuel García Barbero, responsable de construcción con madera en Cesefor
El Banco de España estima que faltan 225.000 viviendas nuevas para para cubrir el desequilibrio entre la creación de nuevos hogares y las viviendas finalizadas. Otros informes de la misma institución han llegado a cifrar el déficit acumulado de años anteriores en 600.000 unidades hasta 2025.
La realidad es que el sector de la construcción tradicional actual no está consiguiendo llegar a satisfacer el nivel de construcción de vivienda demandado en tiempo real, por lo que ni pensar queda, que sea capaz de recuperar el déficit acumulado con los métodos tradicionales de construcción.
El sector de construcción de vivienda tradicional necesita reconvertirse hacia una metodología de prefabricación industrializada que compense el déficit de productividad sectorial actual. Conseguir esa transición no es sencillo, especialmente para gran parte de los materiales convencionales utilizados en el presente. Es un reto titánico, especialmente considerando la incorporación de nuevos parámetros como los derivados del cumplimiento del nuevo EPBD.
El emergente subsector de la construcción con madera prefabricada industrializada se convierte ante estas circunstancias en una oportunidad única para el sector de la construcción en general. No solo mejora los impactos actuales del EPBD, sino que permite un enorme incremento en la productividad sectorial. Posiblemente se trate de la tecnología más apta para una rápida industrialización del sector.
Sin embargo, para que el subsector de la construcción prefabricada industrializada con madera tenga realmente la oportunidad de alcanzar su enorme potencial, nos enfrentamos a un déficit importante en España, la falta de estandarización de las soluciones constructivas.
Durante las últimas décadas se ha ido conformando un ecosistema de soluciones constructivas muy variables dependiendo de cada fabricante, con grandes influencias de los sistemas derivados de los países pioneros en la construcción prefabricada industrializada con madera. Eso supone que ahora nos encontremos en una situación de dispersión técnica y tecnológica en cuanto al exceso de variedad de soluciones y sistemas constructivos frente a un sector maduro de la construcción existente en el que todas las soluciones constructivas del resto de materiales están estandarizadas y con ello están optimizadas a nivel de costes, con un gran tejido de empresas, con procedimientos generales establecidos, avalados y reconocidos, etc., etc., etc.
Sin la creación de unos estándares comunes para nuestro subsector no podremos alcanzar la masa crítica necesaria para conseguir el máximo nivel de crecimiento natural que nos correspondería. Esta estandarización de valores mínimos optimizados que garanticen el cumplimiento del CTE para los distintos niveles de requerimiento energético, acústico, de compartimentación al fuego, de durabilidad, etc., con un nivel de aval suficiente por medio de certificación técnica de propiedades, es el único camino para competir con el resto de materiales y sistemas constructivos en igualdad de condiciones y de llegar a ser económicamente competitivos con ellos.
Nuestros socios de Club Madera, de forma reiterada invitan a Cesefor a traccionar en este sentido y queremos hacer de este reto colectivo nuestro propósito principal. Trabajando conjuntamente desde el partenariado que conforma Club Madera, estamos en las mejores condiciones posibles para desarrollar y optimizar estándares que nos pongan a la misma altura que los de las industrias de materiales de gran recorrido como son el acero o el hormigón, pero incorporando las tecnologías y planteamientos propios de la Construcción 4.0.
¡Anímate y únete al reto!
Manuel García Barbero, Responsable de Construcción con Madera, Cesefor.